Asociación de Amigos de Pinos de Babia

Paulino Rodríguez (sentado), durante su visita al pueblo de Babia del que fue maestro en la República

Anteayer murió en Oviedo Paulino Rodríguez, el maestro de Villafeliz de Babia que en 1936 tuvo que cruzar Peña Ubiña y huir hacia Asturias para salvar su vida.
Comenta su familia que se fue de este mundo dando vivas a la República, a la que defendió como capitán en la guerra civil y por la que estuvo 21 meses condenado a muerte, además de varios años en la cárcel.
Allí se hizo amigo del gran dramaturgo Antonio Buero Vallejo y allí enseñó a leer y a escribir a muchos presos analfabetos. Una vocación, la de maestro, que tuvo que abandonar hasta la muerte de Franco ya que, como muchos otros, fue depurado y apartado del magisterio.
En verano de 2005, casi setenta años después de su huida de León, Paulino volvió a Villafeliz gracias a un documental que se estaba realizando sobre la represión de los maestros republicanos.
Fue recibido con alegría por sus antiguos alumnos, pero el paso del tiempo ya no permitía diferenciar, por la edad, quién era el maestro y quiénes los alumnos, a no ser por un pequeño detalle: los alumnos eran los que espantaban las moscas para que nada molestara al maestro. Uno de los mayores actos de veneración que he visto en mi vida.
Hay un momento del citado documental (‘La escuela fusilada’) en el que Paulino Rodríguez recuerda lo que pensaba durante su paso por las cárceles franquistas. “Si salgo de ésta no llegó a los 50 años”. Pues llegó a los 97. Adiós Paulino. Adiós maestro.

Noticia enviada por José Luis el 16.2.2010 (original)